Acerca de mi obra.
¿Qué es mi expresión artística?
La primera base se define a partir de un esfuerzo por
reivindicar el lenguaje gráfico anterior a la conquista española en mi país;
los códices, en este caso, son una herramienta que ocupo en su carácter
simbólico, re- significando los elementos que en ellos aparecen, aislándolos en
un primer momento y armando con ellos un nuevo mensaje que comulgue con la
presencia del desnudo masculino, tema poco utilizado y explotado como detonante
en obras pictóricas dentro de mi país.
Aunque bien podría identificarme con la figuración
narrativa, no me gusta tener que cumplir con alguna tendencia en específico, ya
que eso encasilla una producción que, al ser humana, viene determinada por el
cambio, tanto de paradigmas como de intereses y preocupaciones, mismas que
provocan nuevas interrogantes en el ser humano.
En algún momento me señalaron como “neo- barroco”,
término que sinceramente hasta el día de hoy no he buscado, eso decían, por lo
intrincado de mis imágenes. No lo sé, yo solo me he identificado (y en una
relación caracterizada por el color), con los pintores simbolistas
decimonónicos diferenciados por la elaboración de lenguajes pictóricos a partir
del símbolos.
Por otro lado considero que nuestra base real (como lo
es con muchos otros pueblos antiquísimos en sus raíces), es de carácter
simbolista; nuestras tradiciones y costumbres ocupan simbolismos muy
elaborados, basados quizá en una tradición de antiguas religiones, que poco a
poco hemos re significado, apropiándonos de lo que nos es útil, nos motiva y
afortunadamente de aquello que nos une a partir de la estética de una u otra
manera.
De esta forma, mi pintura y mi obra gráfica mezclan con
simbología, color, composición y el lenguaje corporal de mis motivos humanos
para generar no un mensaje, sino la manifestación de una sensación que fue
provocada en mi o que nació en mí, ya sea al entrar en contacto con la estética
de mis modelos y mis motivos, al haber reaccionado sentimentalmente hacia un
detonante o la provocación de una sensación espacio- atmosférica; la atmósfera
y su influencia en la obra es la segunda base y causa original en mi desarrollo
pictórico.
En tiempo presente, me encuentro relacionando los
puntos anteriores con la presencia de especies animales, concretando la idea
(base tercera), de que todos los seres de este mundo estamos conectados, somos
necesarios los unos para los otros ya que creo que sin los primeros no pueden
existir los demás.
Algunos animales que represento son especies en
peligro de extinción, que si bien es un proceso que biológicamente puede
suceder, el ser humano está contribuyendo a que se lleve a cabo de manera más
rápida; específicamente trabajo con especies de América, las más cercanas a mi
cultura, así el mensaje de cada obra ha transitado a mi creencia de que todos
en este mundo podemos renacer, que la existencia nos lleva de una vida a otra,
como humanos, animales, plantas, etc.
La mayoría de mis obras están realizadas en técnicas
pictóricas tradicionales y antiguas, ya que considero la hechura como una parte
fundamental de una obra de arte, para su permanencia, su estética propia dada
por el material y su efecto en la percepción del espectador. Por otro lado me
he interesado en la litografía como medio y técnica, misma que respeta el
dibujo en su totalidad y en ella puedo afinar mi práctica en dicha disciplina.
También dentro de la gráfica he incursionado en
materiales novedosos y su conjugación con materiales tradicionales, ocupando
técnicas mixtas que me ayuden a lograr plasmar en una obra mis sensaciones e
intereses.
El símbolo más recurrente en mi obra es el circulo,
plasmado como disco, cual elemento representativo que se encuentra en el juego
de pelota de los antiguos pobladores de mi país, así como símbolo de la
divinidad y del movimiento; símbolo que encontramos en las anteojeras del dios
Tlaloc; para mí es la representación de los interminables ciclos de movimiento,
cambio y trasmutación, al colocarlo sobre de algún otro elemento, aludo a que
este está trascendiendo su presencia actual hacia un plano superior de
existencia, de vida, es para mí una conexión con el infinito, con el universo,
con lo levado del ser y la consciencia.
Otros elementos recurrentes son la vírgulas y las
grecas, estas últimas son representaciones del agua en movimiento, el motor de
la vida presente en todo el planeta, mientras que las vírgulas aluden al
lenguaje (si están sueltas) o a la representación de humo, de viento y por esto
mismo de movimiento, de lo sutil, lo efímero y lo impermanente.
Concluyo con un razonamiento que he defendido siempre,
mi pintura es eso, mía, más allá de encasillarla, este ejercicio escrito ha
servido para poder describirla en términos de la teoría del arte, sin embargo
no me considero dentro de un concepto específico de pintura, si acaso, creo
fervientemente en la evolución y trasmutación del lenguaje que cada pintor
lleva a cabo desde su ser, su interior y su interés por manifestar aquello que
el espíritu le pide y le concede.
Tomás González Dávila.
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